Dedicado a mi Abuelo
La forja
Un buen día, caminando en trote.
Vi, dispersadas varias
gentes caminando,
Todas miraban de frente, y
todas diferente rumbó.
Escuche un murmullo de sus
labios.
Pero, no entendía, lo que
decían,
Circulo, Espaldas, La
forja…… ¿Alforja?/ no la forja.
A distancia, observe, que
incidentalmente,
En derredor mío, se formo un
círculo.
Las eerrrmientas, donde se
forn…….
Un hombre, que sentado
respondió:
Todos los días, al término
de la labor.
Debajo de un árbol, nos reuníamos,
Los jóvenes de ese valle, y,
fumábamos un cigarrillo.
Adrián, era la forja:
Después de cumplir el día, un buen
tabaco.
Pero si el cigarro, es, mal,
forjado, ni se antoja.
Y Adrián, fue el mejor.
Don pablo, aun, ya en edad.
Se reunía con nosotros, a fumar, y, a platicar.
Pero, él, siempre tenia
hojas para el tabaco. Un día, don pablo fue a misa,
Y no acudió a reunirse.
Escoger la hoja. Primero:
¡¡un buen elote!!
Después, el tabaco, ni seco,
ni húmedo, en su punto.
Bien envuelto, guardado en
buena sombra, un buen árbol.
Esos, son los consejos, que
don Pablo, nos dio, al salir de misa.
Respondí: ¿aquí es para
hacer ejercicio?
Una mujer, que paso deprisa,
dijo hasta mañana.
El hombre reafirmo: antes de
las cinco.
Y después me contesto, aquí,
ya no se siembra, pero se tiene que cumplir.
¿A que hora terminas de
cumplir?
Yo, me quede callado, y
analice mis días:
Entonces me dijo, no
cumples, y saco un cigarrillo.
Ten, para cuando cumplas,
Esa es la forja, después de
cumplir.
Tome el cigarrillo en la
palma de mi mano.
Analice el cigarrillo, y
dije gracias Adrián.
Él dijo: Me gusta este
valle, cuando una señora pasó.
Murmuro: la forja Adrián las
errrrrmiennnts.
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